Carta de Manuel Alamilla: Acusa al Instituto Cumbres de Chetumal de fomentar la violencia

Antes de que lo leas, debo decirte que lo escribo en estricto sentido personal, como padre y miembro de una comunidad. Manuel Alamilla, oficial mayor).

Dicen, con razón, que el abrazo de un hijo es símbolo de la felicidad.

Pero que tal cuando ese hijo tuyo entra en depresión, se siente excluido, maltratado y sobre todo, invisible ante los abusos y atropellos que sufre. Ese es el caso de mi hijo y de muchos otros niños también. No hay abrazo que lo compense o lo remede…

Y no me refiero al ambiente familiar, sino al escolar. No importando si la escuela es pública o privada, CUALQUIERA, debe GARANTIZAR un ambiente LIBRE DE VIOLENCIA.

Lamento mucho que el Instituto Cumbre Chetumal no entienda lo que es eso. No es una institución que se preocupe por atender los temas de violencia, ni de prevenirlos. Simplemente prefiere ser OMISA. Mas allá del niño que genera la violencia y de quien la recibe, está la institución que debe de cuidarlos y generar reglas de atención o protocolos para atender estos temas antes, durante, y después.

Los niños la mayoría de las veces son solo victimas de lo que se refleja en casa, en nuestra sociedad, en la televisión, etc. Los padres debemos comprometernos mas, es indudable, y hacernos responsables y entender de que ellos son un reflejo de lo que nosotros generamos en casa, a su lado, todos los días.

El Instituto Cumbres Chetumal simplemente es una institución hueca, vacía, sin valores, con alta tolerancia a la violencia interna y sin interés en educar con lo que su propia mercadotecnia genera. Alguna vez representó algo… hoy lo único que existe detrás de esas paredes de concreto que la rodean es la simulación, la permisividad a la agresión y la ignominia hacia lo que sus alumnos padecen al interior.

Muchos padres nos han manifestado a mi esposa y a su servidor que han cambiado a sus hijos de escuela precisamente porque sus hijos han sido victimas de alguna forma de violencia por algún compañero, pero definitivamente TODOS, padres e hijos, generadores de violencia y víctimas, han sufrido la violencia de la institución al darle la espalda a algo que nos lastima como comunidad y como sociedad.

A más de una semana de la agresión a mi hijo les digo que nunca me llamaron para avisarme que sangraba a causa del golpe que recibió, no he recibido una sola explicación de la institución, ni de que sucedió, ni de que sanciones aplicó, ni de la mediación o de la aplicación de las reglas de convivencia que mandata al SEQ, nada, recibimos y seguimos recibiendo el absoluto silencio. Aunado a ello, me entero que el Instituto Cumbres de Chetumal se niega a las inspecciones de las autoridades competentes deben realizar en materia de violencia escolar.

No es sorpresivo el actuar del Instituto Cumbres Chetumal, porque no es nuevo de ellos según me entero. Quizá los equivocados somos muchos de los padres de familia que confiamos en esa institución por lo que alguna vez fue y que ahora, solo el triste recuerdo queda.

Finalmente, quiero expresarle a los padres de familia que no podemos permitir que estas situaciones nos enfrenten. Para el Instituto lo más fácil es que el problema escale a los padres y así justificar su nulo interés por actuar y resolver lo que les compete. Seamos empáticos, solucionemos juntos. Construir un mejor futuro para Quintana Roo depende de todos nosotros, empecemos por nuestros hijos y nuestros hogares.

#Nomasviolencia! #Noalacosoescolarenchetumal

P.D. Mil gracias a todos los que nos han escrito preocupado por Plutarco y por este tema tan importante para todos los que somos madres y padres de familia.

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