Los estudios de las últimas semanas parecen confirmar que la difusión del coronavirus en el aire perdura más de lo que se creía al principio. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría reexaminar sus recomendaciones sobre el uso de las mascarillas para protegerse del contagio del coronavirus, a la luz de los resultados de un nuevo estudio del Massachusetts Institute of Tecnology. El experimento del MIT ha observado que el virus viaja tanto en las gotitas de saliva expulsadas al hablar como en el aerosol, y que puede llegar hasta 7-8 metros con un fuerte estornudo. La diferencia entre las gotitas de saliva y aerosol puede parecer académica: está en las dimensiones de las esferas de saliva que transportan el virus. Pero tienen grandes implicaciones para la difusión: Las goitas de saliva viajan 1-2 metros desde la persona que las emite y caen a tierra. El aerosol permanece suspendido en el aire y puede alcanzar distancias mayores. Esto quiere decir que en habitaciones cerradas con gente y ascensores podría acumularse el virus, si personas infectadas permanecen algún tiempo. El virólogo David Heymann, presidente de un grupo de consultores de la OMS, ha manifestado a la BBC: «Estamos estudiando las nuevas evidencias científicas y estamos dispuestos a cambiar las recomendaciones, si es necesario».
Una investigación del New England Journal of Medicine del 17 de marzo demostró que el virus puede resistir en aerosol hasta tres horas, aunque su cantidad se reduce a la mitad en una hora.
La transmisión vía aerosol
«Con los conocimientos que ahora tenemos –ha reconocido el epidemiólogo italiano Paolo D’ Ancona, del Instituto Superior de Sanidad- sabemos que el coronavirus se transmite sobre todo a través de las gotitas de saliva en el aire. En los hospitales con muchos pacientes sometidos a ventilación mecánica podría dispersarse también con aerosol». Cabe reseñar que los médicos fallecidos en Italia son 71.
Ante la repercusión que está teniendo el último experimento del MIT, también se ha visto obligado a intervenir hoy el presidente del instituto Superior de Sanidad, Silvio Brusaferro: «No tenemos evidencias para decir que el virus circula en el aire. Los datos que tenemos a nivel epidemiológico nos dicen que las principales vías de transmisión son por las gotitas de saliva en el aire y por contacto». Brusaffero ha precisado que la transmisión por vía aerosol (suspensión de partículas en el aire) es una hipótesis planteada y demostrada solo «en contextos particulares, especialmente en el ámbito sanitario».
David Heymann, exdirector de la OMS, que en el 2003 coordinó la respuesta de esta organización a la Sars, ha manifestado también a la BBC que, si los datos del MIT se confirman, «es posible que llevar la mascarilla sea tan eficaz o más que mantener la distancia de seguridad de las personas».